domingo, 31 de mayo de 2009

No mee lo creo!

2. Todo me pasa a mí.

Me encontraba en mi cama con el pijama puesto. Era raro ya que no me acordaba de nada, entonces lo vi y solté un chillido.

-Que haces aquí?!-.

-Pues haber si cerramos las puertas, cualquier día te puedes llevar un susto-.

Y de repente caí en la cuenta. Estaba en pijama, el me había cambiado.

-Eres un pervertido!-.

Se quedo con los ojos como platos.

-Tampoco no hay mucho que ver-. Me enfade y empecé a lanzarle todo lo que había delante.

-Tranquila!- Ni un gracias por salvarme ni nada...-.
-Vete estúpido, tonto, gilipollas no te quiero volver a ver en mi vida.

-Pues me largo! No hay problema. Pero ya veras que acabaras viniendo a mi pidiendo ayuda y no te are ni caso-.

Eso me llego y justo salió por la puerta de mi habitación, una lagrima empezó a brotar de mi ojo. Por que me pasaba eso? Empezó a dolerme la cabeza y el pecho lo sentía apretado, lo ultimo que recuerdo ver fue mi habitación moverse.

Cuando me desperté, me sentí rara

Notaba mas fuerte el brillo del sol, los olores eran mucho mas fuertes, podía ver todo tipo de cosas.

En fin, sentía que mis sentidos se habían desarrollado. "Gr.. ". Mi estomago, tenia un hambre que me moría así que me vestí y baje a la cocina, me prepare mi desayuno favorito, (huevos, con bacón y tostadas) y me lo comí como una glotona. Pero a punto de acabar el desayuno me encontraba que no me satisfacía, volvía a tener hambre. Y en ese momento Walter pasaba por mi lado como todos los días.

Buenos días dormilón- le dije sonriendo.
ZaaS! O no, cuando me di cuenta el estaba en el suelo sangrando. Que le había pasado?

Y me di cuenta. Que fui yo me satisfacía el hambre al momento, sentía la jugosa sangre caliente bajando por la garganta, mis labios de ese dulce sabor pegajoso.. Y volví a llorar. Por que me ocurría, yo no me daba cuenta de nada.


Hice la mochila y salí, como la rutina de siempre, pero ahora evitando a la gente. Cuando llegué a clase me senté, me tape la nariz y la boca, entonces me di cuenta que no necesitaba aire, no tenía la necesidad de respirar, si lo hacía me volvería loca con todo ese olor dulce tan apetitoso... Al fin ya estaban todos y cada rato que pasaba se me hacía más insoportable me sentía las manos sudorosas el pelo enganchado a la frente. Así que lo note, el estaba a mi lado tan tranquilo sonriendo o más bien riéndose de mí. La cara paso de un blanco pálido a un rojo furia, y justo entonces escuché.

Raquel te encuentras bien?- Era el profesor que se había dado cuenta.

No mucho, podría salir a enfermería?- lo dije con un hilo de voz para que no se notara mi rabia y evitar respirar.

Salí lo más rápido que pude y note como su mirada se clavaba en mi espalda, hasta que llegué. No había nadie así que me tumbe en una de las camillas que habían y me derrumbé, empecé a sollozar hasta que los ojos me dolieron, y noté que una mano acariciaba mi pelo no quise girarme, eso me hacía bastante bien. Me que petrificada al único que no quería ver en una eternidad tenía que estar ahí.

No llores más aurora- Lo soltó muy dulcemente.

¿Qué haces aquí? Vete, nadie te ha pedido que vengas- le solté.

Ya lo sé he venido por propia voluntad, razonablemente no soy una persona en que puedas mandar. He venido para explicarte todo lo ocurrido.-Me explico.

Me puse más blanca de lo que era. ¿¡Así que tu sabes que es toda esta mierda?!- me puse histérica.

SHH… Ahora calla y escucha- Me ordeno.

Conocí a tus padres y me hablaron mucho de ti, poco a poco me fui interesando, cada vez exigía mas y mas que me hablaran de ti, sentía la necesidad de protegerte solo imaginarme tu aquí sola desprotegida. Y cuando llegue, dios, no me imaginaba que fueras así, te imaginaba distinta. Y cuando saliste corriendo, decidí que quería que tú fueras mi compañera. Pero necesitaba el permiso de tus padres, los llamé y me lo concedieron.

¿Conceder el que?- pregunté.

El permiso para hacerte una de nosotros.- Me dijo.

Seguía sin entender que me quería decir.

Espera mi cerebro fue reaccionando y caí en la cuenta de que me estaba convirtiendo en VAMPIRO!- Chille como una histérica.

Cálmate aurora!.- Se puso rígido.

Que me calme dices soy un ser horrendo y encima mis padres consienten esto! Estamos locos o qué?!-. Me fui calmando.

Haber aurora tus padres también son uno de los nuestros por eso se alejaron de ti y de allí viene tanto trabajo.

Me sentí como una estaca en el pecho.

Ahora que eres una de nosotros poco a poco irás entendiendo las cosas y a unirte sentimentalmente a mí.

No quiero esto,- empecé a llorar. Quiero ser normal como las otras chicas.

Aun que pensándolo bien tampoco era que fuera muy normal, solía ser el centro de atención sin ser desapercibida.

Ahora ya es tarde,- me contó yo quiero que estés a mi lado para toda la eternidad.

¡No! Nunca, yo no te conozco de nada. Y justo apareces y ni dos días y lo cambias todo,- estaba muy enfadada.

Pero…,- me dijo entristecido

¡Pero nada! Te odio, eres un monstruo, y me has convertido en uno de ellos, eres horrible.- mientras le decía todo eso cogí las cosas y me largue.

El hizo el intento de seguirme, pero fui más rápida.

Cuando llegue a casa me sentía sola, sin la compañía de Walter.

Estaba acordándome cuando venia corriendo, a darme la bienvenida a casa, o la puerta que estaba arañada cuando quería que lo sacara a pasear.

Realmente me estaba dando cuenta que yo me estaba convirtiendo en un monstruo, y yo no quería eso. Solo pensar una eternidad sin mi príncipe, sin mis amigos, ver como caían dormidos de viejos, me repugnaba. Yo una chavala de 17 años para toda la eternidad.

Mi cerebro podía funcionar mucho más rápido que un humano, así que pensé todo tipo de cosas para dejar de vivir, pero era imposible nada me afectaba.

Iban pasando las horas pero para mí eran minutos, días eran horas, semanas a días… Falte mucho al colegio y me llamaban. Raquel se preocupaba muchísimo pero siempre la convencía para que no se preocupara tanto. Visto de este modo yo estaba más sana que un roble.

Era algo horrible, pero poco a poco me fui acostumbrando a todo ello, sentía… Me sentía “superwoman”.

Podía ir tan deprisa como quisiera, podía tener ultra sentido y visión nocturna, era… Fantástico!

En el fondo me sentía cómoda con todo, poder pensar 5 cosas a la vez, en verdad gracias al funcionamiento tan rápido de mi cerebro, en un pestañear de ojos poder tener la casa como los chorros del oro, todo era increíble.

De pronto llamaron a la puerta, y como estaba tan profundizada en mis pensamientos y recuerdos, metí un brinco del susto, era como estar en medio de la segunda guerra mundial y no enterarme de lo que ocurría.

Me desperecé y fui abrir la puerta.

Se encendieron mis mejillas a rojo vivo, y mis ojos lo formaban llamaradas, no lo podía creer era él.

La última persona que quería ver en la faz de la tierra estaba allí junto a mi puerta. Tenía muchas agallas de presentarse después de todo lo ocurrido.

Rápidamente pensé que ya daba igual aparte ya formaba parte de ello.



3 partee muy proontoo!

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